La cinta de Eólo

Hace mucho pero mucho tiempo Eolo el díos de los vientos perdió su cinta mágica, y como había recorrido todo el Mundo, no podía sospechar donde. O cuando la había extraviado.

 

El dios estaba muy preocupado, pues sus largos cabellos estaban ocasionando huracanes y ciclones por todos los países, y al no poder sujetarlos no había manera de frenar esta situación tan incomoda para todos.

 

El jefe de los humanos Osvaldo, muy respetado por todos. Fue a hablar con el dios, como si hablara con un vecino, pues esa era la costumbre.

 

Eolo, tiene que hacer algo, las cosechas se están perdiendo y mi pueblo se queda sin hogar o para este Caos o todos pereceremos.

 

El dios se sentía por primera vez en muchos siglos, perdido y sin saber que decisión tomar. Nunca había pasado nada igual, los humanos le respetaban y no quería mostrarse ante ellos en el estado en que se encontraba, desvalido e indeciso, además sus largos cabellos sueltos sin remedio, le producían un gran dolor de cabeza que a su vez le impedía pensar con claridad.

 

Decidió convocar a toda su familia, Quizás entre todos podrían encontrar la solución y detener la catástrofe que parecía inevitable.

 

A la gran reunión acudieron todos sus hermanos y parte de sus sobrinos.

 

BOREAS y CEFIRO dios del viento del Norte y del viento de Poniente, fueron los primeros en acudir.

 

Queridos hermanos, gracias por acudir tan rápido a mi llamada.

 

BOREAS, como era su costumbre, gruño protestando y abrazo a su Hermano. Sin embargo CEFIRO más parlanchín abrazo efusivamente a su Hermano mientras decía.

Olo (diminutivo que siempre usaba aunque bien sabia lo mucho que molestaba a su hermano mayor), no tienes buen aspecto, y lo mismo ocurre con las tierras que he recorrido, los humanos se muestran hostiles y recelosos, aunque no vengo mucho por aquí recuerdo que eran amables y hospitalarios, sus aguas están turbias y he visto muchas cosechas arruinadas, ¿qué esta pasando?

 

No te extrañe que los humanos no os hayan acogido calidamente , la situación es muy difícil , ya que he perdido la cinta que sujetaba mis cabellos y estos andan suelto desbocado s por toda la tierra causando los desastres que habéis visto.

 

Boreas escuchaba atentamente, pero no era muy hablador él con sus hermanos cumplía una misión fundamental para con los humanos, y aun que no hablaba también era consciente de la situación en la que se encontraban.

Poco A poco fueron llegando los hijos y sobrinos de Eolo.

 

Simún y Siroco como de costumbre llegaron de muy buen humor y bromeando entre ellos, Mistral vestido correctamente acompañaba galante a Tramontana, quien coqueta como era, demostraba su satisfacción riendo y moviendo elegante sus largos y finos dedos.

Acudieron también, Fohen, Cierzo, Hansin, Chinook y los Aliseos entre muchos hijos más. Antes de convocar la asamblea Eolo organizo una gran fiesta para su familia, ya que en contadas ocasiones podían reunirse, pues la ausencia de viento era muy perjudicial para los hombres.

Todos comieron y bailaron hasta altas horas de la madrugada, incluso alguno bebió más de la cuenta, ya que se pudo ver a Fohen de naturaleza fría, hablaba animado con Chinook calido y seco, esto podía no parecer extraño, sino fuera porque hacia algunos lustros Chinook había raptado a una bella doncella favorita de Fohen, lo que ocasiono una gran discusión entre ambos y desde entonces no se dirigían la palabra.

A la mañana siguiente, Eolo los convocó en el gran patio de palacio.

Todos sabían que algo pasaba y murmuraban entre si, comentando lo que habían visto durante el viaje.

 

A la hora fijada apareció Eolo acompañado de sus hermanos, al verles no pudieron reprimir una exclamación unánime, ya que ante ellos aparecía un anciano maltrecho, que necesitaba la ayuda de Céfiro para poder caminar. Tomó asiento, no sin dificultad y se dirigió a su familia.

 

- Querida familia una gran pena me aflige, pues como habéis podido observar la situación en la que me encuentro no es buena.

Los presentes afirmaron y movieron la cabeza para mostrar su apoyo.

- Todo se debe a que en uno de mis viajes he perdido la cinta mágica que sujeta mis cabellos y andan sueltos ocasionando huracanes, remolinos y tifones que están causando grandes desastres, perjudicando sobre todo a los humanos.

 

Ninguno de los presenten podía creer lo que oía, ya que la cinta mágica del gran dios se hallaba guardad en el cofre de la montaña candente, y Vulcano se encargaba de custodiarlo. Solo en las situaciones de gran necesidad, o para algún acto de suma importancia, el dios lucia su cinta.

Nadie se atrevía a preguntar, como se había perdido la cinta, ya que no se había producido ninguna situación para que la prenda perdida hubiera sido requerida .Sin embargo y al ver las dudas de todos los presentes fue el mismo Eolo quien dio una explicación.

- No penséis que la cinta ha sido robada, o que mi buen amigo Vulcano no ha cumplido con su trabajo, solo YO soy el culpable de esta desgraciada perdida .Pues a pesar de mi avanzada edad he cometido una locura propia de un adolescente, pues requerí la cinta para poder aparecer más altivo ante los ojos de una dama , usando el gran poder de la cinta , la tome entre mis brazos y la obsequie con un viaje por todo el mundo, cegado por una absurda vanidad , me olvide de la cinta y la extravié , sin sospechar donde o en que momento de nuestro apasionado viaje , desapareció.

Hubo un silencio sobrecogedor, nadie sonio ante la situación un tanto peculiar del anciano, pues por todos era sabido que aunque la edad del dios era muy avanzada gustaba correr tras las mozas y su fama de conquistador aumentaba día a día.

- Así querida familia, quisiera que me prestarais vuestra ayuda, y entre todos encontrar la cinta.

Todos pensaban como podían ayudar a encontrar la cinta, pero solo Simún habló.

(El murmullo de los convocados cesó).

Querido Eolo .Sabes que mi casa tiene pocos recovecos , ya que las llanuras son inmensas y al venir hacia aquí , me llamó poderosamente l a atención , un gran brillo que surgía del fondo de Lago Misterioso , como sabes sus aguas son turbias y fangosas, y sin embargo había una luz en su fondo que dañó mis ojos . Sus aguas estaban limpias y los rayos de sol hacían estallar mil cristales de colores en sus bordes. Quizás, sea la magia de tu cinta los que haya provocado este maravilloso cambio .La cara de Eolo se transformo por completo , sus ojos se alegraron y pareció como si todo su cansancio desapareciera.

-Quizás , si es así , haré que el lago conserve su actual aspecto para deleite de todos los que por allí moren . Debo ir a comprobar si la cinta esta en el fondo de ese lago , ya no puedo soportar este inmenso dolor de cabeza .

El anciano rejuvenecido por tan grata noticia se levantó del trono y dirigiéndose a sus hermanos , anunció.

 

- Partiré de inmediato y esta misma noche estaré de regreso, os agradecería que me acompañarais ya que me encuentro muy cansado y vuestra compañía hará el viaje más ameno.

Boreas y Céfiro se mostraron felices pues nunca se hubieran atrevido sugerir a su hermano mayor la posibilidad de acompañarle.

Eolo se despidió de su familia y partió junto a sus hermanos.

 

El trayecto fue fácil pues el ímpetu de Boreas y Céfiro casi arrastró al anciano que apenas tubo que hacer esfuerzo . Cuando llegaron al Lago Misterioso Eolo se acerco e introdujo la mano hasta tocar aquello que brillaba en su interior lo tomó y pudo comprobar con gran satisfacción que efectivamente se trataba de su cinta mágica . Sin esperar siquiera a que se secara se la puso y de inmediato los huracanes cesaron y todo volvía a esta en su sitio.

Miró con agrado a sus hermanos.

- Queridos míos, desde este momento las aguas de este lago serán cristalinas y a su alrededor crecerá la hierba fragante y fresca.

Los hermanos se despidieron y cada uno volvió a su hogar. Ahora Eolo, con su cinta no parecía ningún anciano .Incluso se cuenta que esa misma noche se le pudo ver rondando a alguna moza del lugar. Y de esta manera gentil (gracias a la mente del cuentista) se acaba esta historia que sucedió hace muchos, muchos años.

 

 

 

29 de Noviembre de 1.996