De estrellas y vacas

Pues en un país muy lejano, como todos los países de los cuentos, reinaba un monarca justo y bondadoso, el cual tenía tres hijos dos varones y una preciosa niña de apenas seis años, la llamaban Ayna, aunque todos en aquel reino la llamaban princesita, su cara redonda y dulce conquistaba hasta el corazón más huraño de la comarca.

 

Ayna era una niña muy especial, la encantaba mirar las estrellas y se pasaba las noches enteras contemplando la vía Láctea, incluso conocía a muchas de las vaquitas que paseaban por el cielo .

 

Cada noche salía al jardín y miraba el cielo ensimismada, cuando la reina la mandaba a la cama la niña se resistía y en cuanto su madre la dejaba sola en la habitación, saltaba de la cama y se asomaba a la ventana, allí seguía soñando con cuidar de aquel rebaño.

 

La princesa se pasaba todo el día cansada y se quedaba dormida en cualquier rincón, sus padres estaban muy preocupados ,¿estaría enferma?.

 

El rey estaba tan preocupado que mandó a Mainol, el hijo del cocinero y gran amigo de la princesa, que la vigilara durante la noche para ver que perturbaba el sueño de su hija, así los dos niños se pasaban las noches mirando las estrellas, hablando y disfrutando de aquel hermoso espectáculo, a Mainol la constelación que le más gustaba era la de Orión, el gran guerrero, algún día el sería igual de famoso.

 

Cuando empezaba a amanecer la princesa se metía en la cama, pero no dormía suficiente y se pasaba el día cansada y de mal humor. Maimol sabía que no estaba enferma, pero si le contaba al rey la verdad no podría estar cerca de aquella niña, era un gran dilema que no sabía como resolver.

 

Pero una noche, paso algo realmente especial, cuando estaban asomados a la ventana, oyeron una dulce melodía seguida de una voz vacuna.

 

- Buenas noches chicos, hoy el cielo esta especialmente bonito ¿No?

- Nuestros amigos no sabían de donde venia aquella voz y cuando miraron hacia el jardín, vieron asombrados una hermosa vaca que tocaba un extraño instrumento .

  • ¿Asustados? O ¿Sorprendidos? –preguntó risueña.
  •  

Mainol muy valiente quiso proteger a Ayna entre sus brazos (aunque estaba algo asustado), pero la princesa miro a aquel personaje y le preguntó dulcemente.

 

- ¿Tú quien eres? ¿Cómo has entrado en el jardín?

- Soy el guía de la vía Láctea y he venido para haceros una visita.

- Eso es estupendo. Llévanos contigo. –Ayna estaba muy contenta , por fin iba a conocer aquel trocito de cielo y ¡desde dentro!. Mainol no sentía lo mismo, a él eso de viajar a las estrellas no le parecía buena idea, pero si la princesa subía, él no la dejaría sola.

  • Eso no puede ser, pero os he traído un regalo.

     

De su zurrón saco dos preciosos cojines de piel suave que con un suave movimiento hizo llegar hasta el quicio de la ventana, los niños lo tomaron y pudieron notar una aroma sorprendente, además estaba muy mullidito. ¿Qué tendría dentro?, el extraño personaje parecía que les leía el pensamiento y les dijo.

 

-Cada noche poner vuestras cabecitas cerca de este cojin y un trocito de cielo os llevará de viaje.

 

Ayna, parecía algo frustrada, pero cuando acerco su naricita al cojin, notó que los ojos se le cerraban y que casi comenzaba a soñar que estaba entre miles y miles de estrellas.

Desde esa noche la princesa no protestaba al irse a la cama y creció bella y soñadora.

 

Mainol se hizo un gran guerrero, y no dejo de ver ni una sola noche a su princesa, pero eso es otra historia. Del extraño personaje nada mas se supo.

 

Y esta cuenta cuentos espera que muy pronto la volváis a escuchar.

 

Casi fin